Tuesday, February 21, 2006

¿Y la gente sin música?


Estoy sentada muy temprano a la mañana mientras me preparo a robar música de los pobres cantantes, bandas, etc quequiero llevar mañana a Mar del Plata. Ya tengo algunos, pero me faltan otros que no pueden faltar.
A la vez que hago esto, pienso en la gente sin música. Me cuesta pensar en la vida de la gente sin música, no es que los esté despreciando ni rebajando, es sólo eso; que no me puedo imaginar que pasa por sus cabezas en determinadas ocasiones en las que a mí la música prácticamente me ha salvado la vida.
No sé tocar ningún instrumento y canto de oficio en la ducha, pero adoro escuchar. También hay momentos en los que no puedo dejar de relacionar situaciones con canciones que conozco, por ejemplo, poner como bandas de sonido a lo que está pasando en tal o cual momento: por eso es común que yo cante cuando alguna frase dispara una canción.

Y sin quererlo, hay veces que necesito la música, la necesito para entender a la gente, para descubrir mis propias ideas en otras palabras, o mis sensaciones en sonidos. Ahí es cuando me emociono y trato de agarrar con fuerza una melodía, de saborear todos sus matices, sus sutilezas, conocer todos los instrumentos que la componen, imaginarla, repetirla y repetirla. Ahí es cuando me canso y la deshecho: esa canción ya no me genera nada.

Pero bueno, esa soy yo... que será de la gente sin música, todavía no lo sé; quizás tengan otra salida, otras escapataoria, quizás sean menos retraídos y complicados que yo y no la necesiten. Quizás sean felices escuchando una y otra vez la misma canción en distintos cantantantes y con las palabras cambiadas de lugafr una y otra vez, o encuentren su dicha en los jingles publicitarios que se nos graban en la memoria como en cobre.

Felices aquellos que lo hacen.